Aprovechar el “commute” a Getafe

Por Eleanor Hickok

Cuando llegué a Madrid tuve dificultades con el viaje desde Madrid a la universidad. Estoy acostumbrada a un viaje de diez minutos caminando en Wesleyan, así que tardé en acostumbrarme al viaje de 45 minutos en cada dirección en tren. Antes de llegar a Madrid pensaba que sería divertido, pero me cansé rápidamente, era aburrido y monótono. Después de pasar una hora en tren y tres en clase no tenía ganas de hacer excursiones largas para explorar Madrid, pero tampoco quería solo hacer cosas interesantes en mis días sin clase. No quería que el lugar que mejor conociera de España fuera la universidad, pero después de regresar de clase la única cosa que quería hacer era dormir. 

Fue importante para mi encontrar formas de conciliar el tiempo que pasaba en el tren con aprender español y explorar Madrid. No quería simplemente desperdiciar una hora diaria, así que encontré maneras de hacerlas más interesantes y útiles. Al principio solo veía tiktoks o directamente no hacia nada durante el trayecto del metro a clase, pero luego comencé a practicar español en el camino, a través libros o música en el idioma (te recomiendo la banda Café Tacuba). 

Sin embargo, todavía había días en los que no tenía ganas de ir en tren, así que busqué otras maneras de ir a clase. Cuando el clima lo permitía iba caminando o en bicicleta hasta el tren en vez de en metro. También te recomiendo que vayas en bus cuando puedas, así durante la ruta puedes ver más de la ciudad, puede que no sea la manera más rápida de llegar, pero me permitió explorar áreas completamente nuevas de Madrid, que probablemente nunca habría conocido si no lo hubiera hecho así. 

Además probé maneras de dividir el viaje en excursiones pequeñas durante la ruta a la universidad. Salía del metro algunas paradas antes, caminaba o paseaba un rato por el área antes de regresar al metro y continuar. Para los que viven en Pacífico como yo, os recomiendo pasar tiempo en el área de Legazpi, en el famoso Matadero, caminar por el río, o probar a escalar en el rocódromo Sputnik. 

Adicionalmente encontraba actividades para hacer en las áreas cercanas a la estación del tren, así que podía ir directamente a clase después. Me encantaba tomar un café por la mañana, especialmente en los restaurantes donde permiten trabajar con ordenadores (¡Patio Vertical en Atocha es mi favorito!). En los días que tenía más tiempo pasaba la mañana en los museos del área o comiendo fuera (recomiendo el restaurante Matilda). 

De esta manera pude descubrir nuevas oportunidades más sostenibles para explorar la ciudad que me permitían tener tiempo para clase y para descansar. Al final se trata de disfrutar tu estancia en Madrid tanto como puedas, en cualquier sentido que eso pueda tener para ti. No significa que te tengas que pasar todos los “findes” de viaje, aprovechar tu estancia en esta ciudad puede ser tan simple como salir una parada antes en el metro para caminar por tu barrio. 

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