Pidiendo comida y la ansiedad social: ¡Puedes hacerlo, te lo prometo!

Por Alexa Romney

Siempre he sentido una pequeña oleada de ansiedad en mi estómago cuando tengo que acercarme a una caja y pedir comida. No había pensado mucho en cómo se sentiría esto cuando tuviera que comunicarme en español hasta que me encontré pidiendo mi primer café en España. Puedo mantener una conversación fluida en español, pero en ese momento era como si se hubiera convertido en una lengua extraña. No sabía lo que el cajero me había dicho. ¡No sabía si podía abrir mi boca! ¿Qué pasó? Les juro a todos que no podía recordar la palabra para “coffee.”

Aunque no tengo que pensar cuando estoy conversando con mi madre por teléfono en español, hablar con una persona nueva en una situación llena de estimulación estresante requiere un conjunto de habilidades nuevas. Quiero empezar diciendo que será más fácil con tiempo, pero la única cosa que te va a ayudar, les guste o no, es la práctica. Al principio, le pediría a mis amigos que ordenaran por mí, pero pronto aprendí que no siempre podía confiarme en ellos cuando me encontraba en situaciones sola. Estas experiencias me forzaban a practicar mi español de una manera casual y me expusieron a habilidades cotidianas que serían necesarias para mi tiempo en España.

A partir de estas experiencias, he recopilado algunos consejos útiles que puedes usar cuando te encuentras en una situación similar donde tienes miedo o ansiedad. Primeramente, un barista en un café o un mesero usualmente ayuda a cientos de clientes en un solo día. Esto significa que no van a recordar a la persona que no pudo pedir un bocadillo en una manera sucinta y fluida. En segundo lugar aunque puede sonar un poco tonto, algunas veces solo necesitas respirar para despejar tu mente y dejar de pensar demasiado.

La aplicación de estas habilidades pueden ser extendidas fuera de un restaurante o cafetería. Por ejemplo, en la familia española con la que vivo, tengo tres hermanas jóvenes. Ellas utilizan jerga española y usualmente hablan de una manera muy rápida. A veces los tres hablan al mismo tiempo y en esos momentos siento como que no puedo entender una sola palabra. Al principio estas situaciones también me llenaron de ansiedad social y me hicieron sentir un poco avergonzada. Pero a medida que pasaba el tiempo, me di cuenta de que no les importaba repetir cosas. Lo que más les importaba era que yo entendiera lo que me decían.

Ya sea que hayas experimentado la ansiedad social en un momento o no, estoy segura de que a todos nos da un poco de miedo cuando no nos sentimos completamente cómodos en una situación. Los procesos de pensamiento y las habilidades que he mencionado pueden ser útiles en todas tus experiencias nuevas que tengas durante tu tiempo en Madrid.

Al final del día, pedir tu primer café en español será un gran logro para tu confianza con el lenguaje y tu dominio del español.

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