La importancia de familiarizarse con su barrio: recomendaciones para el Barrio de Las Letras

Por Jessica Scheer

Durante mi tiempo en Madrid, he intentado conocer mi barrio, el Barrio de las Letras, como un medio para familiarizarme con la cultura española y arraigarme en este nuevo país. Desde mi primer día en Madrid, me ha impresionado el ambiente animado y acogedor de este barrio que me ha ofrecido experiencias en increíbles museos, deliciosa comida y café, música en vivo y más. En esta entrada del blog, espero compartir los aspectos de este barrio que me hicieron sentir como en casa en Madrid. 

El barrio de las letras recibió su nombre por los escritores famosos que residían allí en los siglos XVI Y XVII, durante el siglo del oro. Lope de Vega, Miguel de Cervantes, Quevedo y Góngora son algunos ejemplos de escritores responsables del nombre del barrio, y sus citas están impresas en las calles con letras doradas. Hace unas semanas, visité el Museo de Lope de Vega, que es un edificio que se ha conservado desde que fue la casa de Lope de Vega entre los años de 1610 y 1635. Aunque la casa fue reformada en 2008, me parecía como una mirada atrás en el tiempo. Pude ver su habitación, su estudio donde escribía y algunos de sus manuscritos. Me interesaba aprender sobre la historia del famoso escritor que influyó en el barrio en el que vivo y paso tanto tiempo. 

Otros museos a poca distancia a pie son los museos conocidos como “los tres grandes”: el Museo del Prado, el Museo Reina Sofía y el Museo Nacional Thyssen. Obviamente, estos museos son increíblemente famosos, entonces no tengo la intención de describirlos. Sin embargo, quiero notar que los tres son gratuitos en determinados días y horarios, o con una tarjeta de identificación de estudiantes. Aunque no tengo particular interés en el arte, los he disfrutado mucho, y son oportunidades buenas para aprender de la historia de España fuera del aula.

Otra actividad del barrio que me ha encantado es visitar el Jardín Botánico, que está ubicado al lado del Prado. Recomiendo ir durante el otoño temprano y la primavera, cuando las flores aún están en flor porque son vibrantes y hermosas. También, cuando no hace tanto frío, es más fácil pasar más tiempo en el jardín, leyendo un libro o escribiendo en un diario. Ambos, sola y con amigos, me ha gustado visitar este pacífico sitio, con una variedad de especies de plantas y flores, fuentes y esculturas interesantes. 

Algo muy característico del Barrio de las Letras es la cantidad de restaurantes de tapas y cervecerías; hay tantos que es difícil entender cómo hay suficiente demanda para mantenerlos a todos en el negocio. Observo cada día, no importa la hora ni la temperatura, que hay gente en la calle comiendo tapas y tomando cervezas, particularmente en la Plaza de Santa Ana y en la Plaza de Jesús. Me encanta que el barrio siempre esté animado, lleno de gente joven y mayor, charlando y disfrutando. Es una demostración fuerte de la tendencia española a socializar fuera de casa y priorizar la vida social, separado de la vida laboral. Algunos de mis restaurantes de tapas favoritos son la Cervecería Cervantes, Los Gatos, Las Dolores y la Platería, que están localizadas en la calle Jesús y sus alrededores. Siempre ha sido divertido terminar un día largo con un plato de croquetas o una cerveza con mis amigos antes de cenar con nuestras familias anfitrionas.

Una parte destacada de mi rutina diaria han sido mis visitas a las cafeterías en mi barrio. Algunas de mis favoritas son: Etual Café, Gosto Café, Umami, Brutal Specialty Coffee, y Feliz Coffee. Los café’s de Etual, Gosto y Umami tienen comida buenísima, aunque son un poco caros. Brutal es un sitio muy americano, pero es el único café que he encontrado que me permite usar mi ordenador durante los findes, así que lo recomiendo para estudiar. El café que visito con más frecuencia, sin embargo, es Feliz Coffee. Es un sitio muy pequeño que tiene café para llevar. Aunque me encanta el café de Feliz Coffee, la razón por la cual vuelvo todos los días es que he formado una amistad con la camarera. Nuestras conversaciones no son muy profundas y las tapas de las tazas apenas funcionan y me suelo manchar con el líquido derramado, sin embargo, sigo volviendo a la cafetería. Mi relación con esta camarera me ha dado un poco del sentimiento de comunidad en este barrio, mientras me ha funcionado como una oportunidad divertida de practicar mi español. Recomendaría a cualquier persona extranjera entablar conversaciones cuando sea posible, típicamente la gente es muy simpática y de verdad, no tienen que ser temerosos. 

En la Plaza del Ángel, paso por el Café Central Madrid cada día en mis caminos de regreso a casa y finalmente, en diciembre, fui al bar para ver un concierto de Jazz con algunos amigos. Fue una de mis noches favoritas en Madrid. Comimos algunas tapas y compartimos una botella de vino mientras veíamos una banda de Jazz que tocó canciones, algunas familiares y otras nuevas para mí. Era un ambiente acogedor, lleno de gente en grupos de amigos, parejas y familias; fue una experiencia divertida para todos. Me encantaría ir otra vez y lo recomendaría a cualquiera que le guste la música.

 Aunque son pocas cosas en comparación con todo lo que hay que hacer en la ciudad, estas experiencias me hicieron sentir cómoda y familiar en Madrid. Mis esfuerzos de conocer mi barrio me dieron experiencias divertidas y culturales, a la vez que actuaban como un medio para calmar mi ansiedad de estar en el extranjero. Por tanto, la manera de aguantar la nostalgia, evitar el sentimiento de soledad y optimizar mi tiempo en España era familiarizarme con la cultura que me ha rodeado en mi barrio y abrazarla como parte de mi rutina diaria aquí. 

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