Carolyn Zier (mayo 2022)

Madrid es una ciudad que tiene muchísimos museos de arte increíbles y, probablemente, vas a querer visitar todos los famosos como el Museo Nacional del Prado y también los menos conocidos. Mi recomendación principal es que deberías ir a estos museos sin el deseo de sólo ver las obras y los artistas más famosos. Por supuesto, son famosos por una razón y son maravillosos, pero he descubierto que las experiencias más memorables e impactantes que tuve en los museos de arte fueron cuando conecté con el arte que no he visto en mi vida y con artistas que no conocía antes.

La experiencia más memorable que tuve en un museo de arte fue cuando fui al Museo Sorolla. Me encanta el arte, pero relativamente se trata de un nuevo interés para mí. Por lo tanto, no sabía mucho sobre Sorolla antes de mi visita al museo. En realidad, esto fue una bendición. En la primera sala, conecté con su arte. Reconocí algunas de las pinturas pero la mayoría eran nuevas para mí. El museo es más pequeño e intimo que el Prado o el Reina Sofía. Se trata de la casa en la que Sorolla y su familia vivieron. Sentí que me podía relacionar más con Sorolla que con los otros pintores que he visto.

Sin embargo el momento más llamativo para mí fue tuvo lugar en el segundo piso, que en principio no íbamos a ver porque estábamos cansadas. Encontré un cuadro que inmediatamente se convirtió en mi pintura favorita. Se llama La hora del baño, pero hay otras pinturas de Sorolla con el mismo título. Su control del uso de la luz y la emoción de la obra me hicieron mirar la pintura durante más de diez minutos. Y luego volví para verla otra vez. En este momento, sentí mi primera conexión verdadera con Madrid y España. Me di cuenta de que este lugar podía ayudarme a aprender más sobre mis pasiones. Si solo hubiera ido para ver Paseos a orillas del mar o El baño del caballo no habría encontrado mi nueva pintura favorita.

Además el Museo Sorolla fue una manera de conectar con mi madre anfitriona. Cuando yo estaba en el museo, me di cuenta de que algunas de las pinturas que reconocí están colgadas en mi casa. Mi madre anfitriona ha reproducido estas pinturas, así que hay copias en mi cuarto. Esto también me permitió establecer un vínculo con mi madre anfitriona con la que solo he empezado a vivir hace dos semanas. Me sentía menos nerviosa y más ilusionada de hablar con ella de este tema, algo que no es común para mí, porque fue algo que me encantaba en España.

En conclusión, recomiendo mucho que cuando vayas a los museos en Madrid, hagas más que ver Las Meninas por Velázquez en el Prado. Es una obra increíble, pero creo que sentirás más conexión con tu nuevo hogar si encuentras una pintura u obra de arte que te parece se hizo para ti.