BlaBlaCar y el intercambio cultural

Asher Young

En estos últimos años, compartir coche (“ride sharing” en inglés) se ha convertido en un fenómeno global. Empresas como Uber en los Estados Unidos han cambiado el transporte urbano para mucha gente (hay que agradecérselo a la tecnología), pero existe algo completamente diferente en España: BlaBlaCar.

Si aún no estás familiarizado con BlaBlaCar y quieres viajar por España, estás perdiendo una oportunidad increíble. BlaBlaCar es un servicio de compartir coches, como Uber. A diferencia de Uber, BlaBlaCar funciona para viajes largos. Al momento que escribo esta entrada, puedo elegir entre 28 conductores diferentes para un viaje de Madrid a Barcelona para este fin de semana o cualquier parte de España. Los viajes oscilan entre los 25 y 35 euros por persona, comparado a los 50 o 75 euros que vale un autobús, tren o avión. Los conductores de BlaBlaCar tienen perfiles públicos con fotos de Facebook, y generalmente con docenas de críticas y calificaciones de otros usuarios del servicio. El servicio es barato y fácil y la comunicación entre los conductores y pasajeros sencilla. A pesar del sistema bastante estandarizado, los viajes son informales y divertidos. Los viajes parecen más como un viaje con algún amigo de un amigo, y menos como una transacción, la parte más interesante de todo el proceso.

Mi madre anfitriona de España me explicó BlaBlaCar antes de que emprendiera mi viaje a Portugal. Inicialmente yo era escéptico—“pero un autobús es barato y fácil, ¿no?” me dijo Nico Miceli, compañero del programa que viajó conmigo mediante este servicio. Quedamos con el conductor y su amigo cerca de Atocha. Poco a poco, en la medida que conversábamos nos dimos cuenta de que el viaje sería fácil y una experiencia divertida. Mi conductor se llamaba Nuno, trabaja en Madrid y tiene su familia en Portugal. Por eso, usaba BlaBlaCar para cubrir los gastos que suponía viajar a Portugal cada dos semanas. A lo largo del viaje de 5 horas, Nuno, su amigo, Nico y yo hablamos de la música popular en Portugal, de las relaciones políticas entre Portugal y los Estados Unidos, de las actitudes de los portugueses con respecto a España y mucho más. El viaje era como una lección de política, lengua e historia. Nuno y su amigo querían practicar el inglés y Nico y yo practicábamos cambiando rápidamente entre español e inglés. Intercambiamos sugerencias sobre la vida en Madrid, los mejores lugares en Portugal, y qué visitar en los Estados Unidos.

Si yo hubiera usado un autobús o avión, nunca hubiera aprendido nada de esto.

De alguna manera, BlaBlaCar es como un reflejo de la cultura europea porque estimula actos de compartir y el diálogo sobre la historia y la cultura. No puedes esquivar la historia de Madrid en un paseo por la Plaza Mayor, al igual que no puedes esquivar una conversación interesante sobre culturas mundiales en un viaje de 5 horas con un extranjero en BlaBlaCar. Ojalá que BlaBlaCar llegue a los Estados Unidos eventualmente, pero será fundamentalmente diferente debido a las dimensiones mayores del país y la cultura más cerrada. Por eso, BlaBlaCar es una experiencia única en España donde se vinculan ciudades, culturas y personas de todo tipo.

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