Caroline Diemer
Me rompí el ligamento cruzado anterior (ACL en ingles, LCA en español), el ligamento cruzado medial (MCL en ingles, LCM en español), y los meniscos laterales y mediales en octubre de 2015. Me operaron el 4 de diciembre. Un mes y 2 días después, cogí un vuelo a Granada para iniciar la orientación con el resto del programa. No sabía si era una buena decisión ir a España, pero estudiar en el extranjero es un requisito de mi grado universitario en la Wesleyan University, el Colegio de Letras (en efecto, un grado en Humanidades). Y no quería que esta lesión me estropeara los planes. Os cuento aquí mis experiencias y los consejos para los que decidan venir a España con lesiones.
Tú no eres el único
Cuando estaba decidiendo si era capaz de venirme a España, tuve un pensamiento que me consoló: “Tú no eres la única”. Y cuando digo “tú no eres el único” me refiero a que tu lesión o herida es común en todo el mundo. Estados Unidos no es el único país en el que las personas sufren desgarros de ligamentos cruzados anteriores o esguinces de tobillos o desgarros de manguitos rotadores. Si tu lesión es común en los EEUU, es común en España. No necesitas preocuparte por la posibilidad de que el fisioterapeuta no sea cualificado o no entienda tu lesión, ellos son muy cualificados y empáticos. Tú no serás el único con tu lesión y tampoco serás el único estadounidense que venga a España con una lesión. En mi oficina de fisioterapia hay dos otros estadounidenses, uno de ellos con un esguince del tobillo y otro con un esguince del ligamento cruzado lateral (LCL en inglés y español). Cuando estés ponderando el hacer el viaje, recuerda que tú no eres el único.
Ven preparado
Cuando hagas las maletas para España, recuerda que España es un país distinto a EEUU y que las cosas aquí se organizan de otra manera. Este hecho es una de las razones para estudiar en otro país. Un país diferente significa que las tiendas son diferentes y las cosas que venden también. Es posible que las cosas que supongas universales no lo sean. No trasciende si se trata de champú, jabón, y ciertos tipos de comida (como crema de cacahuetes o Reeses), pero es serio cuando no encuentras una férula, rodillera necesaria o la medicina en una dosis diferente. Todas las cosas están disponibles aquí, pero tendrás que aprender otras maneras de encontrarlas y por ello te llevará más tiempo. Quizá, ya que tendrás poco tiempo en España, sea más fácil traer lo que necesites de los EEUU. En mi caso, traje las muletas, una férula, un vendaje de ACE, aspirina para bebés (para evitar coágulos durante los vuelos) y una gran cantidad de ibuprofeno. Aquí compré una compresa fría. No solamente pienses en tus necesidades actuales, sino también en las futuras.
Sé capaz de explicar tu lesión en español. No es importante para tu médico, pero sí para los directores, tu familia anfitriona, los profesores y tus amigos. También ten presente que necesitas caminar mucho y subir y bajar muchas escaleras en España (y otros países).
Comunícate
Cuando se tiene una lesión, hace falta comunicarse: con los seguros, los médicos, los fisioterapeutas, los directores, y las familias (en los EEUU y España). Hay mucha gente que quiere y necesita saber el estado de tu lesión. Los seguros: justo antes de empezar a escribir esta entrada de blog, estaba escribiendo un correo a los seguros que me ayudan con las citas. Cuando llegas a España, recibes una tarjeta de Adeslas. Wesleyan me facilitó el seguro: International SOS. International SOS es una compañía de seguros que se encarga de tareas como encontrar centros de fisioterapia en otros países. Me encontraron un hospital con un buen programa para extranjeros y una fisioterapeuta que habla inglés. Me ayudan a concertar y en su caso modificar citas, además siempre me recuerdan la cita y me preguntan cómo fue.
El segundo grupo de personas con las que es importante comunicar son los doctores y los fisioterapeutas. Voy al Hospital Universitario HM Madrid cerca de San Bernardo. Tienen un gran departamento internacional. El departamento internacional ayuda con los seguros, las citas y el resto de las cosas de un hospital. Ellos hablan inglés perfectamente y si no, disponen de un intérprete.
Finalmente, el tercer grupo de personas con las que es importante comunicar son los directores y las familias. Todos quieren sinceramente que tengas la mejor estancia posible. Tienes que avisar cuando no es posible participar en alguna de las actividades programadas. Por ejemplo, en Granada tuve que avisar a la guía sobre mi condición porque necesitaba caminar más lentamente y descansar más. Necesitan tener una idea de tu lesion por muchas razones, pero la más importantes son tu felicidad y tu salud.
Reconoce tus límites
“Escucha a tu cuerpo” y “reconoce tus limites” son frases que escucharás muchas veces y por buen motivo. Si fuerzas el cuerpo corres el riesgo de cansarte o empeorar tu lesión. Soy una persona muy competitive y por ello no me gusta desistir. Si tienes una lesión lo que más te interesa es superarla y recuperar “la normalidad”. No quiero un trato especial pero con mi rodilla es imposible. Cuando nuestro programa hizo la visita a Córdoba, padecía un gran dolor en mi rodilla. Me dolió hasta tal punto que no podía pensar en otra cosa. Se lo dije a los directores y me propusieron esperar en un café. Me perdí el resto de la visita. Fue difícil pero complicar más la lesión es peor. Conoce tus límites y te recuperarás más rápidamente.
Bienvenido al club
Por último, bienvenido al club. No estás solo. Vale, formas parte de una minoría, pero no estás solo. Disfruta la experiencia, que será en todo caso única. Mi experiencia más señalada en España tuvo lugar al principio de mi estancia. Necesitaba una silla de ruedas en el aeropuerto. En el aeropuerto de Madrid, hay un espacio especial para gente en silla de ruedas. Los españoles son muy atentos y destinan gente para ayudar en estas situaciones. El vuelo de Nueva York a Madrid fue terrible para mí porque no pude dormir. No tenía mucho espacio para mi rodilla (en aquel momento sólo podía doblar la rodilla 90 grados y con dolor). Además tenía que caminar mucho durante el vuelo para evitar coagulaciones. Cuando llegué a Madrid, estaba muy cansada y descentrada por el desfase horario. Tuve la sensación de estar con los otros alumnos del programa quedar aislada en una silla de ruedas en un lugar desconocido. Estaba sola, muy cansada y confundida, lejos de cualquier puerta y con un teléfono que no funcionaba porque aún no había conseguido un proveedor español. Así que no podía hablar con los directores o mis amigos. Tuve que esperar mucho tiempo hasta coger el vuelo a Granada: tres horas en las que no podia comunicarme con el programa. La hora de mi vuelo se acercaba. Yo estaba más y más nerviosa. Quedaban 45 minutos, 30 minutos, y finalmente 20 minutos. Con 20 minutos para el vuelo de pronto me llevaron en coche hasta el avión. Después de esta extrañísima experiencia, mis compañeros llegaron al avión. Al final todo acabó bien. Ahora es una historia graciosa y surrealista sobre mi primera experiencia en España, pero en su momento estaba preocupada y confundida. Si necesitas una silla de ruedas en el aeropuerto de Madrid, imagínate que tienes un amigo a tu lado.
Y disfruta tu experiencia extraña y única.