Hai Lun Tan
No hay mejor formas de pasar una tarde soleada que estar bajo el sol en una cafetería en la azotea. Madrid es una ciudad que necesita ser vista desde los tejados. En un día soleado, puedes ver el tramo interminable de tejados por encima de la ciudad. Está arraigado en la cultura española quedar con tus amigos y tomar un café, una cerveza, lo que sea, en los bares o los cafés después del trabajo o las clases. ¡Quería escribir sobre mis cafés favoritos que hay en las azoteas porque Madrid tiene una abundancia de día soleados y no te los puedes perder!
Gau&Café
Un lugar impresionante. Está en el cuarto piso, casi oculto. No hay indicaciones que te digan dónde está. Cuando subes las escaleras, puedes ver dentro un bonito lugar para estudiar en el segundo piso. Continuando, llegas a la entrada del café. En la puerta, hay información sobre el menú del día. Fui a las 7 de la tarde y a esta hora, no ponen comida porque se están preparando para la cena. Sin embargo, siempre hay cócteles y tartas de chocolate o zanahoria. Te aviso, los precios son un poco caros (por ejemplo, un mojito y una tarta de chocolate blanco valen casi 15 euros), pero la vista vale la pena. Me llamó la atención la vista de detrás: las ruinas de las Escuelas Pías de San Fernando.
Mercado de San Antón
Nuestro director Michael flipa con este lugar. Hay muchísimos lugares muy parecidos a éste, por ejemplo, el Mercado de San Fernando y el Mercado de la Cebada, pero este mercado es único en el sentido de que tiene una azotea encima. La comida es un poco cara si quieres un plato para tí mismo, pero si quieres algo para picar, está bien. Siempre ocupado, especialmente, en el tercer y cuarto piso durante los fines de semanas. ¡El ambiente es muy animado y feliz!
El Viajero
El café Viajero se asienta en el corazón del barrio La Latina, en la Plaza de la Cebada. El hermoso edificio del siglo 19 tiene tres pisos. El primer piso se asemeja al estilo de un bar o un restaurante. Las escaleras que llevan al segundo piso se adornan con flores en una esquina. La disposición del edificio es un poco rara, pero le añade encanto. El tercer piso está en la azotea. Hay plantas y flores de maleza y mesitas circulares dispersas. Se puede pasar toda la tarde en el sol con la vista de las iglesias San Francisco y San Andrés. La carta es extena, con cosas para picar y compartir y platos combinados. No es muy caro. Si pudiera usar una palabra para describir este lugar sería: ¡encantador!