Por Remy Beauregard
Recuerdo perfectamente el momento en el que nuestro avión aterrizó, por segunda vez, en el aeropuerto de Madrid después de pasar una semana increíble en Granada. Nos habíamos conocido muy rápido, gracias a haber compartido hotel en la plaza nueva y también por el carácter íntimo de la ciudad antigua. Sobre sus adoquines, pasaban los pies de nuestro grupo, tomando fotos de la puesta del sol, los techos terracotas, y las paredes árabes con su decoración mudéjar (si quieres aprender más sobre este término, ¡toma la clase de historia del arte español!). Dentro de una semana y pico, conocí a muchísima gente y aprendí tanto sobre la ciudad, su lengua y cultura, y desarrollé unas expectaciones muy altas de Madrid. Cuando terminó nuestra semana de introducción, empaqué mi maleta y me despedí de ciudad que me había enamorado: ahora empezaba realmente nuestra experiencia de estudiar en España.
Saliendo del aeropuerto, todo ocurrió en un momento: cogí las maletas de la cinta de equipaje y encontré un sitio más tranquilo para llamar a mi mamá española. No sabía casi que decir antes de llamarla, pero cogí el móvil y le dije, “Hola, soy Remy, tu estudiante americano…”. Aparecieron los otros del grupo, y seguimos a la directora a los taxis, dónde nos dividimos de repente y algunos empezaron a desaparecer. Me fui en taxi con una amiga del programa, bajé al lado de mi edificio y miré a la calle de enfrente, intentando memorizar cada detalle. Subí en el ascensor y conocí a mi mamá, que me dio inmediatamente una sopa caliente con pan. Esa noche, me dormí pensando en mil cosas, intentando imaginar cómo sería mi experiencia en Madrid. A partir de ese momento, me he puesto constantemente a pensar en cómo puedo aprovechar el tiempo limitado aquí y crear recuerdos espectaculares de Madrid y España. Sin embargo, mientras me he puesto a soñar sobre lo ideal de mi experiencia aquí, me he dado cuenta de que, algunas veces, he olvidado las cosas simples o básicas de una vida cotidiana. He creado una lista de seis cosas que creo que os servirán para aseguraros que tenéis una experiencia fantástica en el extranjero, y que no os aburrís u os cansáis. Mi objetivo aquí no es que sigáis todo lo que he escrito, sino que los consideréis un poco en algún momento libre.
- Hacer un presupuesto
Aunque cada uno tiene sus diferentes gastos planeados para su semestre en el extranjero, creo que vale la pena crear un presupuesto mensual para aclarar un poquito las finanzas. Incluso si es sólo mental o muy breve, poneros a pensar en vuestras capacidades y limitaciones financieras antes para aseguraros de que se queden ahorros extras cuando los necesitéis. Aunque recibimos las dietas mensuales para la comida y actividades culturales, es importante reconocer la posibilidad de viajar más tarde en el programa o comprar unos regalos para los amigos. Es una manera fácil de planear a largo plazo y categorizar los gastos de una forma clara. No quiero decir que sea necesario meteros en un régimen estricto de los gastos, sino que hay un valor en ampliar la perspectiva económica a largo plazo.
- Encontrar un sitio nuevo para comer cada semana
Los primeros días del programa es muy fácil ir cada día a un sitio gastronómico nuevo, para probar todo lo que se ofrece en Madrid. Tiene una variedad enorme de comidas y entornos sociales para que encontréis lo que buscáis. Sin embargo, con la progresión del semestre viene el desarrollo de los hábitos dietarios, que nos llevan a los mismos sitios muchas veces. No quiero daros la impresión de que este mal encontrar sitios favoritos y visitarlos con los amigos o la familia (me he enamorado de un sitio que se llama “Rosi la Loca” al lado de la puerta del Sol que os recomiendo muchísimo). Sólo quiero decir que es importante mantener la búsqueda de variedad en la comida, aunque solo sea una vez cada semana. ¡Probar un tipo de comida que no habéis probado antes, o buscar un sitio en un barrio que no visitéis frecuentemente! También os recomiendo usar una app que se llama El Tenedor para hacer vuestras búsquedas y reservas más fáciles de sitios nuevos y disfrutar los descuentos generosos de algunos. En este blog hay recomendaciones excelentes también.
- Elegir una actividad para el tiempo libre
Después de la locura del primer mes en Madrid, me encontré con mucho tiempo libre sin una actividad planeada. Al principio, usé mi tiempo libre para encontrar un equilibrio entre las clases y las tareas, ir al gimnasio o correr, cenar con la familia, explorar Madrid, y hacer trabajo voluntario. Sin embargo, después de crear un horario que me parecía manejable, todavía me quedaban muchos momentos o días totalmente libres. Tenía la suerte de no tener clases los miércoles, pero eso significaba que el resto de los alumnos estaban estudiando mientras yo no hacía nada. Me di cuenta de que estaba usando los “fallbacks” americanos, mirando Netflix en inglés o pasando horas en YouTube. Decidí entonces visitar, por lo menos, dos sitios nuevos cada semana, correr cada día en un parque cerca de mi piso, y explorar poco a poco Casa de Campo, en el oeste de la ciudad. Aunque no es una actividad definida, como el fútbol o una clase de boxeo, tener ya planeado unas horas cada semana para hacer algo nuevo ayuda mucho a evitar el aburrimiento o la pereza. Claro, hay momentos en los que solo vais a querer meteros en la cama y ver una serie de Netflix. Pero ¡tened cuidado de que no llegue a ser una parte grande de vuestras experiencias!
- Encontrar un espacio perfecto para estudiar
Una de las claves más esenciales para el éxito escolar es encontrar el sitio perfecto para evitar las distracciones y ponerse a estudiar y leer. Muchos de los hogares ofrecen a los estudiantes escritorios para hacer la tarea, pero por mil razones el hogar no será siempre el lugar ideal para concentrarse. Como soy una persona que no puede estudiar mucho rodeado de distracciones, prefiero ir a un café, parque, o biblioteca para leer lecturas largas o trabajar en proyectos grupales. Aunque algunos cafés tienen reglas estrictas sobre el uso de ordenadores o la presencia de grupos de estudiantes, la mayoría de ellas y todas las bibliotecas ofrecen un lugar más social y tranquilo para hacer la tarea. Aunque no tengáis mucha tarea durante las primeras semanas, es imprescindible que busquéis un sitio ideal, para que esté disponible cuando vengan los exámenes. Si preferís estudiar dentro del hogar no pasa nada. También hay muchas opciones para los que no.
- Pedir las recetas de tus comidas favoritas
Un consejo menos mental y más concreto existen grandes beneficios en pedir a las familias o amigos las recetas de vuestras comidas favoritas de Madrid. Croquetas (mis favoritas), huevos rotos, tortilla (española), torrija, como ya he mencionado hay miles de comidas distintas de Madrid que hay que probar. Pero también no os pongáis tristes si hay algo especial que queréis llevar con vosotros, ¡pedid la receta! Muchas familias tienen una receta especial para preparar su comida, y tened cuidado para que no parezca que queréis robar sus recetas familiares. Sin embargo, decidles cuales son vuestras comidas favoritas de Madrid, a ver si os pueden enseñar a cocinarlas. La verdad es que soy un desastre cocinando, pero pasé unos días con mi hermano aprendiendo hacer una tortilla española y mi mamá me dio su receta de las torrijas. Puede ser también una oportunidad inestimable para conocer mejor a la familia y discutir sus tradiciones. Pero tened cuidado, algunas de las mamás prohíben que los alumnos cocinen al principio.
- Contar los fines de semana
Para terminar, os doy un consejo que me dio mi hermano español en mi primer día dentro del hogar: contar los fines de semana cuanto antes. Parecerán innumerables los fines de semana cuando llegas a Madrid y miras al cronograma de los cursos. Planificando vacaciones, visitas, y viajes el tiempo pasa más rápido, mientras la vida española llega a ser rutina. Pero, como he descubierto, los fines de semanas no son innumerables, justo lo opuesto. Ahora las clases se han acabado y me voy de España dentro un mes: no lo puedo creer, pero un semestre entero casi se ha pasado. Hice muchas cosas, pero siempre podía haber hecho más, según el consejo de mi hermano. Cuando tengáis tiempo libre, pensar en todo lo que quieres hacer dentro del semestre y hacer un plan. Cinco meses parecen mucho, pero la verdad es que son pocos, y ¡hay que aprovechar el tiempo cuando lo tengáis!
Y ya está. Tengo muchos más consejos para tener un semestre increíble en Madrid, pero la verdad es que os toca a vosotros crear recuerdos buenísimos y aprovechar el tiempo que tenéis. Pero no tengáis miedo, ya veréis como es más fácil de lo que os podéis imaginar y sois más capaces que de lo que creéis. Aunque puede haber días aburridos, o tristes, o difíciles, o todo al mismo tiempo, lo más importante es mantener una mente abierta siempre y una sonrisa cuando sea posible. ¡Buena suerte a todos!