Kelsey Isman (mayo 2022)
La idea de vivir con una familia solía ponerme muy nerviosa antes de llegar a España. Cuando conozco a una persona por primera vez, tiendo a ser tímida y a menudo necesito tiempo para “recargar” el cerebro. Por eso, al principio del cuatrimestre, pasaba mucho tiempo en mi habitación cuando estaba en casa. Era difícil acostumbrarme a vivir en la casa de otra familia, porque fuera de la universidad, he vivido en la misma casa mi vida entera. Al igual que mi familia de los Estados Unidos, esta familia nueva tiene sus propios hábitos, y me dio mucho miedo tener que aprenderlos.
Una noche durante el primer mes que estuve en España, mi madre anfitriona me invitó a ver un programa de televisión con ella después de cenar. Aunque me ponía un poco nerviosa pasar un rato con ella hablando y viendo el programa en español, lo hicimos. Escogió su programa favorito, First Dates. Ella me explicó todos los personajes y cómo funcionaba el programa. Como a menudo veo los programas de amor, inmediatamente, me sentí más cómoda. Era la primera vez que me sentía muy conectada con ella. Después de ver este programa juntas esa noche, me invitaba a verlo muchas noches después de la cena.
Un día, volví a casa después de un fin de semana viajando con mis amigos, y mi madre anfitriona estaba muy triste sobre algo que le había pasado con la familia. Me sentía muy incómoda, porque suponía que sería más fácil para ella si yo no estuviera viviendo en su casa. Quería ayudarle a sentirse mejor, pero no sabía qué podía hacer sin entrometerme. Decidí enviarle un mensaje por Whatsapp para dejarle saber que estaba pensando en ella, y sugerirle que hiciéramos unas infusiones y visiemos First Dates si ella quería. Ella me dijo que sí, que disfrutaría mucho verlo conmigo. La noche siguiente, con nuestras tazas de té y miel, nos sentamos en el sofá y vimos el programa. No hablamos mucho, pero me dijo que lo disfrutó mucho y que le ayudó a sentirse mejor.
Obviamente, no puedo garantizar que a todas las familias anfitrionas les guste el programa First Dates, pero en mi caso, tuve suerte esa noche que mi madre anfitriona escogió este programa y me invitó a verlo con ella. Sin embargo, sí creo que aunque sea difícil, podemos encontrar algún interés en común. Cada familia anfitriona nos invita a su casa porque los miembros de la familia nos quieren ayudar. Les sugiero a todos los estudiantes del programa en el futuro que busquen su propia versión de First Dates. No tienen que pasar cada noche viendo la televisión o pasando el rato con la familia anfitriona, pero si pueden familiarizarse con sus gustos un poco, van a poder entender mejor el estilo de vida y su relación con los españoles.