La importancia de una relación cercana con tu familia anfitriona

Emma Adelstein (mayo 2022)

Aunque este consejo puede ser un poco elemental y tópico, no puedo insistir demasiado en la importancia de crear una relación – cualquier tipo de relación – con tu familia anfitriona. Mientras que otros programas tienen pisos o dormitorios para los alumnos, el programa de Vassar-Wesleyan ofrece este recurso esencial para tus habilidades lingüísticas y tu crecimiento.

La belleza de un cuatrimestre o año está en expandir tu mundo conociendo a otra gente, nuevas culturas y maneras de ser. En una universidad como Wesleyan o Vassar tu mundo es muy pequeño: quedas con la misma gente, sigues una rutina. Es decir, que nuestros círculos en los Estados Unidos o Wesleyan/Vassar son parecidos y por eso es una oportunidad increíble mudarnos a otro país por un tiempo. Obviamente cuando viajas a otro país para vivir tu mundo crece un montón. No obstante, este crecimiento no podrá tener lugar sin esfuerzo ni riesgos.

Cuando llegué al piso de mi familia anfitriona, estaba muy nerviosa – un sentimiento que nunca había vivido – ya que venía a vivir en la casa de otra familia, en una ciudad nueva sin la confianza para hablar el idioma. Durante las primeras semanas andaba de puntillas por la casa – no quería hacer ningún ruido ni hablar porque me daba vergüenza. Pero después de algunas semanas, empecé a hablar más, poco a poco, hice preguntas a las niñas (vivía con una familia con dos niñas increíbles que tenían 8 y 13 años) y con muchísimo esfuerzo hice un hogar nuevo.

Algunos de mis momentos más preciados de mi estancia en Madrid eran las cenas con mi familia, donde nos quedábamos en la mesa un buen rato, hablando sobre cualquier cosa: las diferencias culturales, la política en los EEUU y en España, la historia de la música en España y la fenomenal Rosalía (una nueva amada mía porque mi madre anfitriona estaba obsesionada con ella) o conversaciones con las niñas sobre el colegio. Aunque había quedado para ir de fiesta a las 10, me quedaba hablando con mi familia anfitriona hasta las 11 y media.

Después de cinco meses en Madrid, puedo decir que mi familia anfitriona va a tener un hueco en mi corazón para el resto de mi vida. Como Isabel, mi madre anfitriona me ha dicho, yo tengo un nuevo hogar en Madrid y me siento así.    

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