Moverse en Madrid sin destino

David Hood (mayo 2022)

El sistema de transporte público de Madrid, y el de toda España, es conocido en todo el mundo como uno de los más eficaces y utilizados. Los autobuses, el metro y los trenes de cercanías son utilizados por todo el país para llegar a su destino de manera que ahorra espacio en las calles y salva el medio ambiente.

Sin embargo, mi experiencia con el metro de Madrid en especial ha sido extraordinaria en comparación con los demás medios de transporte público. De hecho, puedo decir con confianza que a lo largo de los cuatro meses en España, me he convertido en entusiasta del metro, hasta el punto en el que empecé a coger el metro meramente para conocer la ciudad. Aunque comenzó mi interés en el metro cuando llegué a la ciudad, en la mitad del cuatrimestre empecé a realizar viajes en el metro sin tener un destino en particular. Fui al Metro Sur (una línea circular en las afueras de la ciudad), al Metro Norte (la parte más norte de la línea 10) y al Metro Ligero Oeste (dos líneas del Metro Ligero sobre la superficie en las afueras).Siempre salía del metro para explorar los barrios y luego volver al metro. Estas zonas del metro están a las afueras y son zonas a las que nadie iría si no viviera en esos barrios.

Veo mi propia experiencia en el metro como una manera de conocer la ciudad y a gente por varias razones. Una es ver a la gente que sube y baja los trenes: son trabajadores, jóvenes, estudiantes, padres con niños, personas mayores y artistas callejeros, entre otros. Ya que hablamos mucho aquí en España, para mí el metro fue un método de entender el país a través de los ojos en vez de las palabras. Para mí, los vagones del tren se convierten en otro mundo, como un espacio para estar, ya sea por la mañana, por la tarde, hora punta o el “último tren de la noche” que por cierto sale desde el principio de la línea a las 1:30 horas, siempre lleno de gente joven cada noche durante los fines de semanas.

Además de mis propias aventuras, el metro ofrece servicios que lo hace algo más que un modo de transporte; es decir, que además del metro, existe “la tienda del metro” en las estaciones de Sol y Plaza de Castilla y “el bibliometro” en más de 10 estaciones en toda la red que funcionan como bibliotecas públicas. Hay también unos monumentos históricos del metro, por ejemplo el museo de la estación de Chamberí, una antigua estación con la decoración original de principios del siglo XX porque dejó de funcionar hace décadas y se conservó tal cual.

Al fin y al cabo, he llegado a ver el metro como una comunidad, más que simplemente un sistema de transporte. La verdad es que antes de venir a España, no sabía que podía aprender tanto sobre la ciudad y la cultura de la gente de una manera como esta.

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